Así es, las famosas también se animan con los juguetes sexuales.
Son sin duda el complemento ideal para evitar la monotonía en la cama. Los hay de distintas formas y tamaños, algunos están decorados a pedido y otros valen millones, pero todos tienen la misma función... dar placer.
Excéntrica y polémica, la millonaria caprichosa eligió juguetes tan glam como todo en ella. Su consolador favorito está hecho de cristal y tiene una colita de zorro removible. La multimillorania busca orgasmos chics, por ello apuesta por el TouchIce, un masajeador de hielo que vibra en forma de huevo.
Para disfrutar de su intimidad, parece que la rubia prefiere los disfraces provocativos y súper sensuales, a los que combina con lencería erótica, ligas y mucho encaje. Como con este tanga tan provocativo, que se puede vestir solo como una prenda especial o combinar con una poderosa bala vibradora.
Parece que a esta sensual morenaza no le basta con tener un marido joven en su cama. Hizo una inversión (no muy grande, por cierto) y sumó a sus noches de placer un conejito suavecito y vibrador. Por supuesto muy glamuroso.
Estamos acostumbrados a que Madonna no esconda sus nuevas adquisiciones sexuales pero sin duda alguna, esta es la más lujosa. Y es que los vibradores Lelo se han convertido en un referente de diseño y calidad que no pueden faltar en el ajuar erótico de de esta celebrity.
Y es que un precioso tanga se puede convertir en el juguete sexual favorito de cualquiera, esto lo sabe bien Samantha. Un maravilloso regalo que hará vibrar las noches más excitantes de la protagonista de sexo en Nueva York.
Adora vestirse para la ocasión. Ha llegado a gastar más de 7 mil dólares en un uniforme de colegiala, uno de policía hot y el clásico de enfermerita. Todos con sus correspondientes accesorios, han sido fundamentales en los encuentros eróticos de la Princesa del Pop.
Chic y exclusiva hasta entre las sábanas, la ex Spice no se conforma con poco. Por eso, para su elección no recurrió a ninguna marca conocida de juguetes eróticos: ella alcanza el placer máximo gracias a un vibrador de platino hecho a mano sobre una base de diamantes de diez quilates. Generoso como pocos, fue su marido David quien se lo obsequió luego de pagar dos millones de dólares.
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¿Te atreves?
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